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Campamento de C.J. Citycentro

Un año más, el campamento de verano de Mataelpino ha sido una experiencia gratificante e increíble. Más de 100 personas entre acampados (alrededor de 60 de primaria y 20 de ESO), animadores y equipo de intendencia, cocina y botiquín, hemos disfrutado de doce días maravillosos en nuestro albergue de Mataelpino, o mejor dicho, en la tele, ya que ese era el tema que daba vida a nuestro día a día.

Así pues, debajo del nombre de “Mataelpino TV Show” que se puede leer en las camisetas de este año se agolpan un sinfín de actividades, juegos, experiencias, momentos, reflexiones, risas y momentos que quedarán para el recuerdo de algo increíble. Este campamento ha sido la guinda a un gran año y la confirmación de que seguimos creciendo junto a nuestros chavales para superarnos cada verano.

Tras un precampamento intenso, y unos meses de preparación de actividades con todo el equipo de animadores movilizado para exprimir al máximo la creatividad y la imaginación, la aventura arrancó el día 2 de julio con la llegada de los chavales al albergue. Tanto la sección de Chiqui como la de Preas tardaron poco en adaptarse e instalarse en el albergue. Lo mejor estaba por llegar.

Y así fue. A lo largo de los días, nuestros aventureros fueron haciendo zapping por los diferentes canales de la TV (naturaleza, música, deportes, etc), para disfrutar al máximo de todo tipo de juegos, gymkanas, competiciones, talleres, veladas… todo ello acompañado de momentos de piscina para evitar el calor, de momentos formativos, de juegos de ingenio, de deportes, de tiempo libre… hasta tuvimos tiempo de bajar al pueblo de Mataelpino para disfrutar de un poco de relax.

Otra de las actividades que marcan un campamento es la marcha. En este caso, tanto Chiqui como Preas la realizaron con la vista puesta en el colegio Salesiano de Soto del Real, ya que cuando la marcha acabó pudimos realizar diversas actividades por las magníficas instalaciones de este colegio y los alrededores. La sección de Preas incluso pasó una noche allí, una magnífica experiencia para hacer grupo, así como la caminata que propició valores como la ayuda y el compañerismo entre todos los chicos del campa.

Sin embargo, si hubo un momento emotivo a lo largo del campamento, este fue el Día de las Familias. Casi al final del campamento, padres y madres fueron invitados a pasar un día con nosotros. De esta manera, pudimos enseñarles todo lo que hacíamos, así como la zona y el ambiente que tanto nos gusta desplegar por el albergue. La velada de la tarde sirvió para dejar con un buen sabor de boca a todos los presentes.

También tuvimos otra actividad fuera de la rutina con el día de multiaventura. En esta ocasión, fuimos a Cercedilla, para ir “de pino a pino” todo el campamento, en unos recorridos con tirolinas, escalada y puentes en plena naturaleza que pusieron a prueba a nuestros artistas más aventureros. El día finalizó en las piscinas naturales que se encuentran justo al lado, dejando para el recuerdo otro de esos días imborrables.

Son de agradecer también las visitas que hemos recibido a lo largo de estos días, con muchos profesores y gente del ambiente salesiano que acudían a visitarnos y a echar una mano en lo que hiciese falta. Destacamos especialmente las de Santi Domínguez, coordinador nacional de Centros Juveniles, y de Arturo Alonso, que quiso saludar a los chicos y animadores de este campamento, así como de la comunidad salesiana de nuestro colegio, siempre dispuesta a ayudar en lo que sea necesario.

Ha sido un campamento muy intenso, muy bonito, con muchos momentos que se quedarán grabados en nuestras memorias y seguro que contaremos a cada lugar que vayamos y a cada persona con la que convivamos. Aunque Chiqui y Preas tenían sus propios campamentos, destinados específicamente a los niños y preadolescentes, la unión y compenetración ha sido total, y ambas secciones han dado lo mejor de sí para hacer de Mataelpino el mejor lugar posible. La “locura” de los Preas y la espontaneidad de los niños de Chiqui, sumado al trabajo incondicional de los cocineros y el equipo de intendencia, y el amor y cariño donado por los animadores nos ha dejado una huella que marcará un antes y un después en la historia de este centro.

Hemos reflexionado, hemos jugado, hemos reído, hemos trabajado en equipo, hemos bailado y hemos aprendido mucho. Con los Juegos Olímpicos o con Eurovisión, con juegos o con reflexiones, con aciertos y con fallos, pero siempre con una sonrisa en los labios. Como decía nuestro himno de este año, “hace ya un año que te echo de menos”, por lo que ya estamos deseando que sea septiembre para volver a vernos las caras y recordar todas las anécdotas de este Mataelpino TV Show.

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